ECONOMIA HUMANISTA

Economía del Nuevo Humanismo
Investigadores, economistas y un buen número de gentes vienen haciendo aportes que ratifican la muerte de los viejos modelos al tiempo que presentan sus conclusiones, abriéndose así, desde una revolucionaria óptica, un campo que parecía haber agotado el debate en el campo de las ideas y la acción renovadora
Al parecer todo estaba dicho y solo teníamos una opción. Los poderes establecidos, llámense; políticos, académicos o científicos están de acuerdo en los temas económicos de fondo. Así van homogeneizando el planeta, disciplinando a los pueblos y haciendo promesas que no se cumplirán, siguiendo los dictados del antihumanismo, del capital financiero internacional muy alejados del sentir de las mayorías y los pueblos.
Ni Capitalismo, ni Comunismo, ni Neoliberalismo; esos viejos modelos ya han mostrado su fracaso. El Nuevo Humanismo -también en los terrenos de la economía- lanza su visión, su análisis y propuestas, las que iremos recopilando en este sitio. 


LA REVOLUCION ECONOMICA HUMANISTA
Jerome Smith

CONTENIDO

¿Y ahora qué?
I. LA ECONOMIA ACTUAL

II. LA ECONOMIA HUMANISTA

III. EL CAMINO HUMANISTA HACIA LA REVOLUCION MUNDIAL

Epilogo

¿Y ahora qué?
Durante todo el siglo 20 la humanidad ha vivido creyendo que existen solamente dos sistemas económicos posibles, y opuestos entre sí: la Economía de Mercado (Capitalismo) y la Economía Planificada (Socialismo). En el momento actual, a fines del milenio, después de la caída de la Unión Soviética y el fracaso de los Socialismos reales se ha perdido fe en la posibilidad de una sociedad justa y solidaria y se ha aceptado (con resignación por muchos y con júbilo por otros) a la Economía de Mercado como el único sistema posible en la práctica. Entonces el ser humano se encuentra en un momento de resignación y escepticismo frente a los nobles ideales y propuestas de un mundo mejor: se los descarta como utopías e ingenuidades.

Frente a este momento de crisis, surge la necesidad imperiosa de proponer un modelo económico revolucionario que implique una superación histórica de todo lo conocido hasta ahora: un salto cualitativo en la evolución del ser humano. Esto ayudará a las personas a re-despertar su fe en un mundo mejor, y abrirá el futuro del ser humano hacia una nueva civilización.
I. LA ECONOMIA ACTUAL

Premisas Filosóficas

La sociedad actual está fundamentada en una premisa básica tácita. Dicha creencia no está expresada explícitamente en las Constituciones o en las leyes pero su presencia se detecta en casi todas las corrientes de pensamiento y en las actitudes de las personas. Se podría resumir de la siguiente manera:

El ser humano tiene una naturaleza predeterminada. En consecuencia, sus actos son producto mecánico de su naturaleza. No puede cambiar su naturaleza esencial, y en el fondo no tiene intencionalidad o libre albedrío.

En otras palabras,
    La conciencia es pasiva, y como tal es reflejo del mundo.
Esta misma premisa se ha manifestado de distintas formas (aunque en su esencia es la misma) en las ideologías liberales y marxistas.

Dentro de la concepción liberal, el hombre es intrínsecamente egoísta por naturaleza y sólo se mueve en pos de sus intereses personales. Al igual que los animales, la selección natural se encarga de que sólo sobrevivan los individuos más aptos (Darwin). Al extrapolar esta concepción a la sociedad, surgen los conceptos del libre mercado, competitividad, la sobrevivencia de las empresas más eficientes, y las leyes "naturales" de la oferta y la demanda. En conclusión, la sociedad estaría regida por leyes de la naturaleza.

Según el materialismo dialéctico, la materia es la axioma básica de partida, y el ser humano está sujeto a las mismas leyes físicas que rigen a la materia. Al desarrollar sobre esta premisa se llega a la conclusión que la sociedad está regida por leyes naturales tales como la lucha de clases y los factores de producción.

Aunque aparentemente opuestos, las ideologías liberales y marxistas tienen esencialmente las mismas premisas y conclusiones: que el ser humano tiene una naturaleza determinada y que la sociedad está regida por leyes naturales, como aquellas que gobiernan la materia. Es decir, la sociedad es un fenómeno mecánico, natural, y en consecuencia no depende de, ni puede ser cambiado por la voluntad o intencionalidad de los seres humanos.

Esta postura filosófica del liberalismo y el marxismo se manifiesta en la práctica en sus modelos económicos, como veremos a continuación.

El Principio Básico de la Economía de Mercado

Al observar el funcionamiento de la Economía de Mercado, se deduce que se sustenta en el siguiente principio básico:
    El fin o motivación para producir todo bien o servicio es el lucro personal.
En otras palabras, la razón para formar una empresa o realizar un trabajo es recibir dinero a cambio.

Esto implica que el quehacer humano se mide en términos monetarios. Un proyecto tiene sentido si es rentable para sus ejecutores, o en otras palabras si ostenta un número positivo en la última línea de un estado de resultados. Un proyecto cuyo fin fuera lograr un mayor bienestar espiritual entre los vecinos de una comuna (por ejemplo) sería difícil de justificar en este sistema, a la hora de conseguir financiamiento de la empresa privada.

Esta perspectiva economicista se ha extendido hasta invadir todo el campo de la subjetividad humana. El verdadero interés de aquellos que controlan los medios de producción es hacer buenos negocios para sí mismos. No es hacer un aporte a la sociedad. El resto de la humanidad, aquellos que venden su fuerza de trabajo, están obligados a tener la misma motivación, pues todos necesitan ganar dinero para sobrevivir. "Desde el pensamiento hasta los músculos, todo está educado para contraer, no para soltar". De esta manera, las intenciones, creatividad y energía mental de la gente está orientada a obtener dinero, y no a realmente solucionar los problemas de la humanidad.

No ha de extrañarse entonces la pobreza reinante en el planeta, no solo en Africa y el Tercer Mundo, sino también en las ciudades de los países "desarrollados". Dentro de la lógica de los buenos negocios, para obtener una buena rentabilidad no es necesario producir bienes para satisfacer las necesidades de grandes conjuntos humanos. Basta con producir una cantidad módica para un sector pudiente de la población.

Por consiguiente, si aceptamos la premisa en cuanto a la naturaleza predeterminada del ser humano, diríamos que por simple observación, las leyes "naturales" de la oferta y la demanda no han sido eficaces en superar los problemas de la humanidad. Por otro lado, si reconocemos la existencia de la intención en el ser humano, vemos que en el momento actual la intencionalidad conjunta de la humanidad está puesta en obtener dinero. Veamos ahora como este simple hecho ha dado lugar a todo el armado económico y social que conocemos hoy en día.

La Ineficiencia de la Economía de Mercado

Contrariamente a lo que sustentan sus ideólogos, la economía de mercado es extraordinariamente ineficiente. Al examinar cuidadosamente la mecánica de este sistema, se observa que existen numerosas actividades que no aportan nada a la producción de los bienes. Su verdadera función es asegurar la máxima rentabilidad para los dueños del negocio.

Cada año se gastan millones de dólares en publicidad para promover varias marcas del mismo producto, por ejemplo "Coca Cola" y "Pepsi". El argumento que la publicidad es necesaria para informar a la población sobre la existencia de los productos suena como un insulto a la inteligencia: ¡para fines informativos bastaría un aviso en las páginas amarillas! Si uno necesitara un determinado producto, bastaría con tener una fuente de información fidedigna que indicara donde se obtiene.

Tomemos otro ejemplo: una típica empresa manufacturera, una fábrica de zapatos. La empresa, o sea el grupo humano que lo constituye, trabaja para producir zapatos, bienes que satisfacen una necesidad de la gente. Sin embargo, hay muchas actividades realizadas por el personal de la empresa que no aportan nada a la producción en sí. Los vendedores pasan todo el día en la calle buscando clientes (como si no existiera gente en el mundo necesitada de zapatos); el personal administrativo, apoyado con el sistema de computación, emite cientos de facturas en papel triplicado al mes; el departamento de cobranzas hace incontables llamadas telefónicas y visitas a los clientes para lograr que el dinero vuelva a la empresa; la gente de informática dedica largas horas a generar programas que calculan el sueldo exacto de cada trabajador (no vaya a ser que se lleve unos pesitos de más por error); el departamento de "Marketing" y el Gerente General dedican sus vidas a inventar estrategias para colocar sus productos en nuevos mercados, y a proyectar la empresa más allá del año 2000. ¿A qué va dedicado todo este esfuerzo maratónico? ¿A producir los zapatos? Está claro que no. La producción ocupa una proporción pequeña del esfuerzo realizado por la gente de la empresa. La mayor parte: ventas, facturación, administración, cobranzas, informática, finanzas, "marketing", va dirigido a obtener el mayor beneficio monetario posible para los dueños de la empresa.

Por otro lado, dentro de la lógica de los negocios, muchas veces no tiene sentido aumentar la producción. Al contrario, un exceso de producción genera sobreoferta y se reduce la demanda y con ello los precios. En cambio, al reducir la producción se genera escasez, y por la mecánica de la oferta y demanda, esto eleva los precios. En consecuencia, a veces resulta más rentable producir poco y caro, en vez de permitir que más personas tengan acceso a un determinado producto. Un ejemplo monstruoso se observa en la agricultura: resulta más rentable para los productores de cereales de Estados Unidos destruir su producción sobrante en vez de donarla a países necesitados, tales como Etiopía y Ruanda.

Extrapolando esto a toda la sociedad, podemos inferir que los mayores esfuerzos de la humanidad están puestos en preocuparse de que la actividad que uno realice sea rentable, en vez de producir para la sociedad.

El Dinero: El Mito del Siglo 20

Hoy en día el dinero es todo. Es la nueva religión. Para casi cualquier proyecto, se necesita dinero: para formar una empresa, crear una Universidad o investigar una cura para el SIDA. Para alimentarse adecuadamente, educarse, tener acceso a la información, sacarse una muela, e incluso para tener relaciones afectivas se necesita dinero. Se ha instalado el Dios dinero en los corazones de los hombres.

Pero en realidad esta situación se sustenta en un gran mito. Se cree que el dinero es un objeto tangible, que tiene una sustancia y fuerza intrínseca que lo hace capaz por sí solo de construir industrias, carreteras y hospitales. En verdad, la única fuerza que realmente construye el progreso material es el trabajo del ser humano. La actividad creadora de millones de personas producen los automóviles, las casas, la educación, la salud y la cultura. No los produce el dinero.

El dinero es una convención social que fue creada con el fin de establecer en forma precisa los bienes que uno exige recibir, a cambio de lo que uno produce. Es una forma avanzada de trueque, donde el acto de recibir un tangible es sustituido por el acto abstracto de "registrar" la transacción realizada en la conciencia colectiva contable. Independiente de la forma de pago, siempre se realiza el acto de registrar la transacción. Cuando el pago se hace con dinero en efectivo (papelitos coloreados de 7x14 cm), el registro es mental: se dice, "Te dí la mercadería, me pagaste, ya no me debes". En otros casos el registro se realiza en una cuenta corriente bancaria, donde las transacciones se almacenan electrónicamente en una computadora. De este modo, el dinero se ha convertido en un meta-bien. No es un bien en sí mismo, pero se usa para transarlo por bienes tangibles. Lo que hace esto posible es el acuerdo tácito social en aceptar dinero a cambio de cualquier servicio o producto.

Esta universalidad de poder de compra que se le ha otorgado al dinero lo ha convertido en un meta-bien muy cotizado en la sociedad. Con dinero se puede comprar todo, hasta a las personas. En torno a esta convención social se ha levantado un imperio mundial de un poderío inédito: la banca y el sistema financiero internacional. Todas las actividades bancarias, de la bolsa de valores, del mercado de capitales, constituyen un armado de un edificio abstracto en las conciencias de las personas que adquiere proporciones impresionantes. Millones de dólares en tecnología de última generación se gastan en apoyo del sistema financiero: supercomputadoras, fibra óptica y comunicaciones satelitales. Toda esta actividad no aporta ni un ápice de algo útil para la gente. La banca no produce absolutamente nada que sea útil en la vida concreta de un ser humano.

El sistema financiero se ha convertido en un instrumento de dominio y poder, por unos pocos sobre el resto de la humanidad. Las empresas no pueden operar sin el crédito bancario, y los gobiernos postergan las necesidades de sus pueblos para no espantar a los capitales extranjeros hacia otros mercados. Un puñado de hombres inescrupulosos, dueños del capital financiero internacional, cuya motivación no es el avance de la humanidad, sino solamente sus intereses personales, controlan los destinos de la sociedad, decidiendo en qué invertir su dinero. Su único criterio para invertir es la rentabilidad, no importa que esto sea descubrir una cura para el cáncer, o fabricar armamentos.

La Revolución Tecnológica: Una Paradoja Social

La revolución tecnológica ha traído consigo una gran paradoja. Durante la era de la revolución industrial en los siglos 19 y 20, en las fábricas y oficinas la mayoría de las personas han tenido que realizar trabajos tediosos y aburridos que ofenden a la inteligencia y oprimen el espíritu. A partir de los años 80, la masificación de la tecnología informática y robótica ha hecho posible automatizar muchas tareas mecánicas y repetitivas, otrora realizadas por seres humanos. En las oficinas, donde antes había ejércitos de funcionarios sumando números con papel y lápiz, ahora hay un contador con una computadora. La compañía Japonesa Toyota, tiene fábricas de automóviles producidos exclusivamente por robots, y supervisado por un solo hombre.

Este cambio debería haber significado un gran beneficio para la humanidad, al liberar al ser humano de las labores monótonas para poder dedicarse a actividades más interesantes y creativas. Sin embargo, esto no ha ocurrido en la práctica. Más bien, una minoría de empresarios se ha apoderado ilegítimamente de la tecnología, que en realidad es patrimonio de toda la humanidad, y la implementan en las empresas para despedir personal y así reducir costos y aumentar sus utilidades. De este modo, los trabajadores efectivamente quedan liberado de sus labores tediosas pero sin el beneficio que están brindando las máquinas. Los trabajadores quedan cesantes y sin ingresos para asegurar su bienestar, y solamente el empresario recibe los beneficios de la automatización. La explicación de este fenómeno radica en el principio básico de la Economía de Mercado señalado en los inicios de esta tesis: ya que el fin para realizar toda actividad es el lucro personal, el empresario no introduce tecnología pensando en el tiempo libre que esto le pueda brindar a sus empleados, sino en la mayor rentabilidad que pueda obtener.

Por consiguiente, la consecuencia de la revolución tecnológica en el sistema neo-liberal es el aumento de la desocupación. Esto se observa hoy en día sobre todo en Europa. Los sectores desocupados obviamente ven disminuido su poder adquisitivo, y por lo tanto consumen menos y los empresarios ven reducidas sus ventas. Uno tendería a pensar que por este motivo la automatización es un proceso insostenible, porque a la larga, el empresario ya no tendría a quien vender. Es difícil emitir una conclusión categórica sobre este punto, pero lo que sí esta claro es que en la medida que el empresario va reduciendo sus costos, necesita vender cada vez menos para mantener su empresa y obtener utilidades. Sólo necesita producir y vender a una minoría (cada vez más reducida) de personas pudientes. Entonces vastos sectores de la humanidad van quedando marginados fuera del circuito productivo porque ya no trabajan ni consumen. Se genera la situación monstruosa y absurda que ya no se necesita al ser humano, ni para producir, ni para comprar, y por lo tanto se va convirtiendo en algo descartable, que sobra.

El Sin-Sentido

Todo ser humano necesita sentir que su vida tiene sentido, que no está vegetando: meramente existiendo para cumplir su ciclo biológico: nacer, procrear y morir. En otras palabras, uno necesita sentir que tiene una misión en la vida, que vaya más allá de satisfacer las necesidades inmediatas de sobrevivencia.

Antiguamente, el trabajo tenía un sentido para cada ser humano. En las primeras comunidades primitivas, el trabajo tenía un sentido social: cada miembro de la comunidad aportaba con su trabajo al bienestar del conjunto. Algunos cazaban, otros pescaban, y otros construían las casas y cuidaban a los niños. Si bien el trabajo evidentemente estaba orientado a la subsistencia, no tenía un fin individualista, sino más bien comunitario, y eso le otorgaba un sentido social.

Más adelante, desde la Babilonia hasta el siglo 20, el trabajo de la humanidad, traducido en ciencia y tecnología, ha aportado a la superación del dolor y sufrimiento del ser humano, lo cual ciertamente ha tenido un sentido válido.

En el sistema capitalista actual, para realizar cualquier trabajo para la comunidad, ya no se puede hacer solamente con buenas intenciones, pues se requiere capital. Esto es claro: para curar enfermos, construir casas y realizar investigación científica se requiere dinero. El hecho de que el capitalista sea dueño del capital y de los medios de producción implica que es dueño de los medios de trabajo. No se puede trabajar sin el capitalista, y el trabajador debe pedirle que le conceda un puesto de trabajo. Es común escuchar a los empresarios decir, 'Yo le "doy" trabajo a mucha gente', y a los trabajadores comentar agradecidos, 'Mi patrón me "da" trabajo'. La ironía es que el empresario le da al trabajador algo que hacer, cuando en realidad ya hay mucho que hacer, muchas necesidades humanas que satisfacer. Entonces el empresario controla el trabajo: decide qué trabajo será realizado, dónde, cuándo, cuánto, para quiénes, y para qué. Como ya hemos señalado, el "para qué" es casi invariablemente el lucro personal del empresario.

Por consiguiente, aguijoneados por la necesidad de sobrevivir, la gente se encuentra obligada a trabajar apoyando a las intenciones de aquellos que controlan el sistema, no de acuerdo a sus propios proyectos. El sistema infunde un permanente temor a perder el empleo, y así logra que sus empleados trabajen muchas horas extraordinarias. Además le ha "lavado el cerebro" a la gente haciéndoles creer que en la empresa van a triunfar si se colocan "la camiseta" de la compañía.

De esta manera, las personas trabajan sabiendo que el verdadero fin de su labor no es hacer un aporte a la humanidad, sino apoyar a un sistema social inhumano y violento. El cajero de un banco intuye que en realidad no está produciendo nada útil para la gente, el vendedor de AFP sabe que en el fondo todas las AFP son iguales, y el gerente de una clínica privada debe rendir cuentas a los accionistas en términos de rentabilidad más que en vidas humanas salvadas.

Muchos se auto-engañan y dicen que están bien, están tranquilos y su único proyecto de vida es seguir trabajando. Otros que han "triunfado" económicamente, aunque les cueste asumirlo, llevan la derrota en su alma, porque el dinero no les ha traído la felicidad que esperaban. Por otro lado, hoy en día muchas personas reconocen que se sienten asfixiadas en una monotonía gris sin horizontes, y que no tiene verdadero sentido trabajar todo el día para ayudar a la "Company" en sus proyectos de expansión, los cuales no sirven a la humanidad sino sólo a los intereses de un grupúsculo de accionistas.

Este sistema ha generado el sin-sentido social, el cual nos afecta a todos por igual: a pobres y ricos, trabajadores y empresarios. El empleado que trabaja todo el día en una oficina se siente encerrado en su rutina y sin futuro. El magnate, dueño de un imperio económico, sabe dentro de su intimidad que en el fondo de su alma se siente vacío, y en realidad muy pobre, pues no se podrá llevar su fortuna al morir.

El Socialismo

Según la concepción Marxista, cuando las contradicciones internas de la sociedad burguesa llegan a un nivel que exacerba suficiente a la lucha de clases, el proletariado se toma el poder e instaura la "Dictadura del Proletariado". Debido a la misma premisa filosófica presente en el liberalismo en cuanto a la supuesta naturaleza predeterminada del ser humano, el hecho revolucionario no es visto como un acto de intencionalidad humana, sino como un fenómeno inherente a las leyes de la evolución histórica. Por el mismo motivo, la sociedad no puede ser gobernada por el ejercicio de la libertad individual de sus ciudadanos, porque se tendería naturalmente a la anarquía o se revertiría al Capitalismo, impulsado por las fuerzas reaccionarias "naturales" de la contrarrevolución. Se supone que las "masas" no están instruidas, puesto que se han formado en la sociedad burguesa, y por ende deben ser conducidas por la dirigencia del Partido Unico (Comunista). Se utiliza este punto de vista para justificar la instalación de una dictadura del partido único, en la cual se mantiene un control férreo sobre las personas, las ideas, los partidos políticos, las religiones y la economía. Todo es controlado por el estado, en manos de la nueva minoría en el poder.

En particular, la economía es planificada y controlada por la burocracia estatal, para que cada persona reciba lo que le corresponda y para que se produzca de acuerdo a las necesidades de la población. Así queda poco espacio para la libertad e iniciativa de la gente. Es una sociedad autoritaria, tanto en su concepción filosófica como en su implementación histórica tristemente conocida, en la cual se niega la libertad y la intencionalidad del ser humano. La actitud aprehensiva que no permite que la gente dirija su propio destino devela una enorme falta de fe en el ser humano.

Se intenta transformar al ser humano creando un nuevo hombre solidario. Pero como se parte de la premisa de la pasividad de la conciencia, se impone la solidaridad por decreto, intentando cambiar al hombre desde afuera (sus condiciones objetivas), en lugar de hacerlo desde adentro, desde su subjetividad.

Si se niega la libertad y la subjetividad, en fin la dimensión espiritual del ser humano, ¿cuál es entonces el sentido de la sociedad Marxista? El fin del trabajo es solamente la satisfacción de las necesidades biológicas, pero no la necesidad de crecimiento interior. Así pues, el hombre queda reducido a un mero factor económico. Esta visión tan chata y gris de la vida, genera a la postre, el mismo sin-sentido que el Capitalismo.

Durante el siglo 20, ni el Capitalismo ni el Socialismo han sido capaces de generar bienestar para el ser humano, y además, su premisa filosófica subyacente, en cuanto a la pasividad de la conciencia, ha generado el sin-sentido social. Están agotadas estas viejas formas económicas e ideológicas, y ha llegado el momento de construir una nueva civilización.

II. LA ECONOMIA HUMANISTA

Premisas Filosóficas

El Nuevo Humanismo toma como punto de partida axiomática la experiencia subjetiva del ser humano. No parte de una teoría preconcebida del hombre, la historia, Dios o el universo. En otras palabras, la realidad esencial es todo aquello que siente, piensa y experimenta la conciencia humana.

Este axioma da lugar a una ética y escala de valores basadas en la subjetividad humana, donde el "bien" es todo aquello que hace sentirse feliz y libre al ser humano, y el "mal" es todo lo que hace sufrir al ser humano. De esta manera, se coloca al ser humano como valor central, por encima de cualquier otra consideración.

Desde la perspectiva de la experiencia vivencial, el ser humano lucha por ser feliz y superar el dolor y el sufrimiento. Se distingue entre el dolor físico causado por agentes externos, como el hambre y la enfermedad, y el sufrimiento mental que es producto de la falta de coherencia interior.

Desde los inicios de su historia, el ser humano se encuentra en un mundo dado, que no ha elegido. Un aspecto de este mundo es el medio natural, del cual forma parte el cuerpo. El hombre ha luchado durante milenios para superar los condicionamientos de la naturaleza, y así ha generado la agricultura, la medicina, la ciencia y la tecnología. Además, ha intentado generar respuestas para su sufrimiento mental y sus preguntas acerca del sentido de su existencia. De esta manera, ha generado una cultura y una sociedad, de modo que el medio del ser humano no es sólo natural, sino además social e histórico.

La coherencia se define como la coincidencia entre el sentir, pensar y actuar. La falta de acuerdo entre estas fuerzas es la contradicción interna que se experimenta como sufrimiento y genera violencia personal y social. En cambio, cuando una persona logra ponerse de acuerdo consigo mismo, y pone sus fuerzas emotivas e intelectuales en una dirección que contribuye a superar el dolor y el sufrimiento en él y los demás, experimenta en su conciencia la paz, la alegría y la fuerza.

La felicidad de cada individuo no se opone a la felicidad de los demás. Todo lo contrario, al causar sufrimiento a otros, se experimenta una incoherencia interior, al tratar a otros de manera opuesta al trato que uno quisiera recibir. En cambio, tratar a los demás como uno quisiera ser tratado, es la clave para unas relaciones humanas cálidas y fraternas. Este es el principio de la solidaridad, la famosa "regla de oro", expresada de distintas formas pero en esencia la misma, en todas las culturas durante milenios.

Al reconocer la existencia de la propia subjetividad y al colocarlo como fundamento legítimo de la realidad, resulta una simple observación el hecho de que uno imagina situaciones inexistentes en el presente pero deseadas en el futuro, es decir, uno tiene intención. El ser humano tiene la posibilidad de optar entre distintas alternativas, en otras palabras, tiene libre albedrío. Esta es la esencia de lo humano: la posibilidad de la libertad, esto es, la intencionalidad.

La concepción del ser humano como ser libre e intencional se opone diametralmente a otras visiones según las cuales el hombre es un autómata que actúa en base a fuerzas mecánicas de la naturaleza, gobernado por sus genes y reacciones bioquímicas en su cerebro. El ser humano tiene la capacidad de imaginarse el futuro que quiere, y luchar por alcanzarlo.

En su lucha por superar los aparentes determinismos del presente, el ser humano transforma a la naturaleza y a sí mismo. Ha sido demostrado incontables veces en la historia, que no existe para el hombre, "un orden natural de las cosas", y por lo tanto, el ser humano tiene la capacidad de transformarse a sí mismo y al universo sin límites. Esta rebeldía frente al absurdo de lo natural, es su más hermosa lucha, y ni aún la muerte podrá detener el ascenso del espíritu humano.

Las premisas filosóficas que constituirán los cimientos de la nueva civilización pueden sintetizarse de la siguiente manera:
    El ser humano es un ser libre, con intencionalidad y la posibilidad de transformar al mundo y a sí mismo sin límites. Lucha por ser feliz y expandir su libertad y su mente. El actuar en consecuencia con los valores de la solidaridad y la libertad le da sentido a su existencia.
En otras palabras,
    La conciencia es activa, y transforma al mundo y a sí mismo.

El Principio Básico de la Economía Humanista

La economía humanista del futuro se basará en el siguiente principio básico:
    El fin de todo trabajo o servicio es aportar al bienestar material y espiritual de la sociedad.
Esto significa que el motivo para realizar cualquier empresa o proyecto es contribuir al bienestar de la comunidad, o sea hacer un aporte a otros seres humanos (y a sí mismo). El fin ya no será recibir dinero o mercancías a cambio. En realidad, es algo mucho más grande y gratificante lo que cada persona recibirá a cambio: la satisfacción de contribuir al bienestar general, y sentirse integrado en una humanidad fraterna, cálida y solidaria.

No existirá más el "cálculo" al realizar cualquier trabajo. Se trabajará en forma desprendida, relajada, alegre, sin temores ni aprehensiones por no recibir el pago correspondiente.

Funcionamiento de la Economía Humanista

En la economía humanista las empresas y personas regalarán sus productos y servicios a la comunidad. Cabe preguntarse, "¿como será posible esto: si para producir bienes se requieren materias primas e insumos, de donde saldrán estos últimos? " La respuesta es que, como se señaló anteriormente, la riqueza es producida en esencia por el trabajo humano. La economía humanista funcionará en base a la reciprocidad global, donde todas las personas y empresas regalarán su producción entre sí. De este modo, cada empresa recibirá materia prima gratuita de otras empresas, y las personas que en ella trabajan no cobrarán un sueldo. Las personas no necesitarán recibir un salario, ni tampoco preocuparse por su subsistencia, pues todos los productos y servicios que se necesitan para vivir serán gratuitas, a disposición de toda persona cuando las necesite.

Las empresas se formarán mediante la iniciativa de grupos de personas que se juntan para producir servicios y satisfacer necesidades de su comunidad, ciudad o región. Las maquinarias, terrenos, edificios, materia prima e insumos se obtendrán gratis de otras empresas. Los dueños de la empresa serán todos los trabajadores que la conforman, esto es, serán "empresas de trabajadores". El trabajo y las decisiones serán tomadas en conjunto. Cada persona realizará funciones de acuerdo a sus conocimientos y habilidades. También existirá lo equivalente a los gerentes de hoy día, y su función será coordinar y organizar la producción en forma eficiente. No existirán diferencias de sueldos ni conflictos por repartición de utilidades, pues no existirán ni sueldos ni utilidades.

En la economía humanista quedará abolido el concepto de comprar y vender, y con esto el concepto de precio y costo. Por consiguiente, ya no será necesario el dinero para intercambiar bienes. Con esto se derrumbarán los bancos y las instituciones financieras. Todo el armado actual del capital financiero, con las bolsas de valores, créditos e instrumentos de inversión quedará como una anécdota irrelevante del pasado.

La Sociedad de la Abundancia

En gran contraposición a las economías capitalistas y socialistas, la economía humanista será una economía eficiente. No se derrocharán valiosas horas-hombre en realizar tareas inútiles improductivas tales como publicidad, "marketing", ventas, contabilidad, finanzas, cobranzas, facturación, etc. Tampoco se desperdiciará la intención humana en preocuparse de las propias ganancias (estarse "mirando el ombligo") ni energía mental perdida en aprehensiones acerca de la propia sobrevivencia o de que a uno lo estafen. Toda la energía y creatividad humana estará orientada hacia la producción, a satisfacer las necesidades de la humanidad. Retomemos el ejemplo de la fábrica de zapatos, para ver la diferencia con el modelo capitalista:

En la fábrica de zapatos humanista, algunos trabajadores realizarán la producción en sí, haciendo zapatos, asistidos por maquinarias y tecnología. Otras personas se encargarán de buscar materia prima e insumos de otras empresas. Una o más personas se encargarán de la mantención de las maquinarias. Otros colocarán avisos informativos (no publicitarios) acerca de la fábrica en una base de datos pública, para que las empresas distribuidoras sepan que allí pueden ir a buscar los zapatos. Finalmente, habrá personas encargadas de coordinar y organizar las actividades.

Existen cuatro factores poderosos que generarán la abundancia en la economía humanista:
  1. La orientación de las intenciones humanas hacia el bienestar social,
  2. La concentración de las actividades en tareas productivas,
  3. El aumento de la producción sin restricciones por consideraciones de sobreoferta,
  4. La revolución tecnológica.
A las personas les importará el bienestar de los demás seres humanos, y en consecuencia orientarán sus intereses y actividades hacia la solución de los problemas de la humanidad. Al detectar necesidades y carencias en muchos grupos humanos, las personas y empresas producirán para satisfacer estas necesidades. Las actividades serán sobre todo productivas; no se perderá tiempo ni esfuerzo en consideraciones ajenas a satisfacer las necesidades de la gente. La producción no estará limitada por los conceptos de precio y sobreoferta, los cuales evidentemente estarán fuera de contexto. Por ende la producción podrá crecer sin límites hasta satisfacer con creces la necesidad de la población. Por último, la revolución tecnológica permitirá producir con menos horas-hombre y aprovechar recursos otrora inútiles, por ejemplo, usar los desiertos para la agricultura.

En una sociedad de abundancia generalizada, las personas perderán el temor de no obtener lo que necesitan para su sobrevivencia. En este contexto, cada persona tomará lo que necesita para su bienestar. Por simple sentido común, no consumirá más carne de la que puede comer, no se llevará más ropas de las que caben en su ropero y no tendrá sentido tener 10 automóviles que no puede estacionar en su casa. Por consiguiente, cada persona consumirá lo que necesita, y dejará para el resto. De este modo, la producción podrá satisfacer las necesidades de toda la humanidad. Al desaparecer el temor a la escasez, desaparecerá también el origen de la codicia y el acaparamiento.

La abundancia disminuirá la codicia, y en continua retroalimentación, la disminución de la codicia aumentará la abundancia.

Transformación del Concepto de Propiedad Privada

En el sistema actual, el sentido de poseer medios de producción, esto es, terrenos, edificios, maquinarias, etc. es tener poder sobre el resto de la gente, para acceder a la riqueza. Al poseer medios que no muchos tienen y que son indispensables para la producción, se tiene una posición de fuerza superior para negociar condiciones mucho más favorables para el capital que para el trabajo. La propiedad privada es uno de los pilares del sistema, y sus defensores son capaces hasta de matar a otros seres humanos con tal de defender sus intereses. Además, en la sociedad actual de escasez y pobreza generalizada, cuando se logra obtener un objeto útil, uno se aferra desesperadamente a él con tal de asegurarse la sobrevivencia. Los seres humanos nos hemos vuelto capaces de sacarnos los ojos con tal de cuidar nuestras cosas.

En cambio, en la sociedad humanista el sentido de los medios de producción será, pues, tal como su nombre lo indica: producir, y para toda la gente. Estos medios serán de quienes las estén ocupando en el momento. Serán herramientas de trabajo compartidas por toda la humanidad. Una empresa podrá hacer uso de las maquinarias que necesita, y facilitárselas a otros cuando las deje de ocupar.

Por otro lado, cuando hay abundancia material, cuando la subsistencia ya no es una preocupación, y además se le da otro sentido a la vida, se pierde el temor y la aprehensión sobre las cosas, y ya no tiene tanto sentido poseerlas.

En este escenario pierde sentido el poseer a los objetos. Por consiguiente, el concepto de propiedad privada será transformada en el concepto de uso. Se relajará el sentido de posesión permanente sobre los objetos, los cuales pasarán a pertenecer provisoriamente a quienes las estén ocupando en el momento. Tal como aún sucede en algunas familias fraternas, las cosas se compartirán dentro de la gran familia humana. El respeto por la propiedad del otro, se reemplazará por el respeto a la intencionalidad del otro, esto es, respeto a lo que está haciendo, respeto por su espacio y su privacidad, y respeto por su subjetividad.

Transformación de Varias Instituciones, y la Desaparición de Otras...

En la sociedad humanista, las empresas e instituciones serán radicalmente distintas de como las conocemos hoy en día.

Las empresas manufactureras estarán orientadas hacia la producción solamente, como ya se vio con el ejemplo de la fábrica de zapatos.

Las tiendas, negocios y supermercados se transformarán en centros de distribución donde la gente puede entrar y libremente llevarse lo que necesita sin pagar. Los supermercados podrán ser similares a los de hoy en día, con muchos estantes bien provistos de alimentos, salvo una única diferencia: donde antes habían cajas registradoras con largas filas de gente esperando impacientes para pagar y poder salir, ahora no habrá nada: solo un gran espacio abierto donde la gente pueda transitar libremente. Las personas entrarán, llenarán sus bolsas de mercadería y se irán, sin pagar ni tener que hacer colas.

Los medios de difusión serán instrumentos de comunicación masiva para la gente. Debido a que cumplirán la función de permitir que la gente se exprese, estarán abiertos a toda persona que quisiera decir algo, y desde luego que no existirá censura de ninguna especie.

Los colegios serán abiertos a todos los niños, sin discriminación de ningún tipo. Esto significa que no existirá la distinción entre colegio privado y público. Más bien, los colegios serán todos privados, pero sin fines de lucro, y sin discriminaciones económicas o sociales sobre el ingreso de niños. Serán "privados" en el sentido que serán formados por la iniciativa privada de grupos de profesores que se unen para crear un colegio e impartir educación a los niños de su comunidad. En la sociedad humanista, los profesores (al igual que el resto de las personas) gozarán de una alta calidad de vida, muy diferente a las penurias que deben pasar hoy en día. Por consiguiente, habrá más personas que puedan desarrollar su vocación de maestro y existirán más profesores por niño, y ellos podrán dedicarse plenamente a sus alumnos al encontrarse liberados de la angustia por la sobrevivencia. En consecuencia, la educación será más personalizada. Los valores humanistas propiciarán, además del rendimiento académico, un mayor énfasis en el crecimiento personal, como parte fundamental de la educación, fomentando el desarrollo integral de los niños.

Asimismo, las universidades estarán abiertas a toda las personas que quisieran estudiar. No existirán restricciones al ingreso de alumnos, pues fiel a la actitud humanista, cada ser humano, con sus particulares conocimientos y habilidades podrá hacer, a su manera, su aporte a la sociedad. Cambiará el enfoque de los estudiantes: en vez de estar tratando de calcular cuales son las carreras que a futuro serán más rentables en el mercado laboral, los estudiantes estudiarán por vocación, lo que les gusta, lo que les hace sentirse bien como persona, y tendrán interés en adquirir conocimientos que les permita hacer un aporte a la humanidad. Aumentará la investigación, al haber muchas personas interesadas en contribuir a la evolución del ser humano.

En el campo de la salud, las clínicas y hospitales se formarán mediante la iniciativa de profesionales (médicos, enfermeras, etc.) que quisieran atender a las necesidades de su comunidad. Serán obviamente gratuitos, estarán muy bien equipados con los últimos adelantos tecnológicos, y la actitud de las personas que trabajan allí será cálidamente humana, orientada a sanar a las personas. Más aún, el enfoque hacia la salud será preventivo además de curativo, de modo que los centros de salud tendrán además una misión educativa, orientando a la población hacia hábitos y prácticas para una vida más saludable y plena.

Las empresas constructoras se orientarán hacia la calidad de vida para los moradores de sus viviendas. Se preocuparán de proveer un hogar agradable para las personas, en equilibrio con la naturaleza y con atención a áreas verdes. Los barrios y conjuntos habitacionales se diseñarán en conjunto con las personas que allí habitarán, de modo que la gente pueda ser co-gestora del lugar en que viven.

Además de las empresas y instituciones que se verán radicalmente transformadas, habrán otras que desaparecerán por completo, pues habrán llegado a ser obsoletas para la sociedad humanista del mañana. La causa de su extinción será el derrumbe de ese gran mito del siglo 20: el dinero.

En una economía donde el fin del trabajo y la gestión es aportar a otros seres humanos y donde además existe abundancia para todos, pierde sentido el concepto de comprar y vender. Con ello el dinero se vuelve irrelevante en la libre circulación de bienes, y por ende llegará a su extinción, tanto como procedimiento como concepto. Como corolario, la banca y las instituciones financieras correrán el mismo destino. Para montar una empresa, realizar un proyecto de investigación o construir un hospital, ya no será necesario acudir a un banco para conseguir el financiamiento, sino que el equipamiento, materia prima y mano de obra necesarias estarán disponibles gracias al trabajo humano voluntario y solidario.

Los dueños de las empresas serán los mismos trabajadores, y por lo tanto no existirán los accionistas. Así, tampoco existirán las acciones, bolsas de comercio, corredoras de bolsa, o empresas consultoras auditoras.

La muerte del dinero arrastrará consigo por el mismo camino a todas aquellas ciencias que se han creado en torno a él. Desaparecerán los oficios de la Contabilidad, Finanzas y Auditoría.

En una sociedad solidaria donde las necesidades humanas estarán garantizadas, las personas de la tercera edad recibirán todos los cuidados necesarios para su bienestar. Además la salud estará garantizada para toda la población. En este escenario, no serán necesarias las pensiones de vejez, viudez o invalidez, y desaparecerán las Administradoras de Fondos de Pensiones y las Instituciones Previsionales de Salud.

Dentro de este escenario sin dinero, donde las necesidades humanas estarán cubiertas solidariamente por todos, no será necesaria la recaudación de impuestos. Tampoco tendrá sentido restringir el flujo de bienes y personas de un país a otro, y en consecuencia se acabarán las aduanas y se disolverán las fronteras entre los países y pueblos. Así, desaparecerá el estado nacional tal como lo conocemos hoy en día.

Erradicación de la Violencia, Delincuencia, y Fuerzas Armadas

En un mundo donde las personas tratan a los demás como quieren ser tratados, nadie ejercerá violencia sobre otros. Más aún, en una sociedad de abundancia nadie estará en una situación de marginalidad tal que tenga que robar para subsistir. Desaparecerá la violencia entre los seres humanos, y por supuesto también la delincuencia. Extrapolando esto al planeta entero, no existirán más guerras.

En un mundo sin delincuencia ni guerras, está claro que no serán necesarias las policías ni las fuerzas armadas. Desaparecerán también pues, como consecuencia lógica de una sociedad en la cual el máximo valor es la vida humana.

Al desaparecer tantas instituciones que hoy día nos parecen obvias y necesarias, ¿como se organizará la sociedad humanista? ¿Se sumergirá en un caos, una anarquía sin coordinación ni organización? De ninguna manera, pues será reemplazada por una organización humana planetaria, la cual veremos a continuación.

La Coordinación de la Producción y el Trabajo

El trabajo y las actividades productivas tendrán que ser coordinadas y organizadas. La sociedad humanista no podrá ser una aglomeración anárquica de individuos y empresas. La actividad humana tendrá que ser coordinada en forma inteligente. La humanidad será capaz de trabajar en equipo, con una visión global, y no como fragmentos parcelados disconexos entre sí.

La sociedad estará organizada en base a la Democracia Real, donde el verdadero poder radica en las personas, organizadas desde la base social. La organización y poder político se estructurará desde la base hacia arriba, desde lo local hasta lo global. No existirán las autoridades y gobiernos como los conocemos hoy en día: serán sustituidos por personas y equipos humanos cuya función es coordinar las actividades de la sociedad.

Los vecinos se juntarán y se organizarán para satisfacer las necesidades locales de su barrio o distrito. Con este fin formarán pequeñas empresas e instituciones tales como panaderías, distribuidoras de alimentos y de ropa, escuelas y centros médicos. Muchas de las instituciones que hoy en día se realizan en gran escala podrán hacerse en forma local, por ejemplo, podría haber un hospital bien equipado por cada municipio. La confección de ropa, elaboración de alimentos y construcción de viviendas son otros ejemplos de actividades económicas que pueden ser realizadas en pequeña escala, a nivel local. El Municipio tendrá el rol de canalizar las inquietudes de los vecinos y facilitar la comunicación y la coordinación. La organización social se apoyará en la tecnología informática, mediante bases de datos públicos, grupos de discusión en red y plebiscitos computarizados.

Hay proyectos y actividades de mayor envergadura que no se pueden realizar a escala comunal, por ejemplo, la industria pesada, automotriz y farmacéutica, la construcción de carreteras y aeropuertos, y la generación de energía eléctrica. Estas actividades tendrán que ser coordinadas por equipos de personas (sucesores de los gobiernos de hoy en día) dedicadas a recopilar información acabada de las necesidades de la población en las distintas comunas, ciudades y regiones. Ellos informarán al público acerca de las necesidades humanas en las distintas regiones y promoverán la formación de empresas y equipos de trabajo ad-hoc para satisfacerlas mediante proyectos de gran escala.

Veamos el siguiente ejemplo, posible escenario del año 2010:

En un distrito de la ciudad de Addis Ababa, capital de Etiopía, la gente aún no tiene agua potable. Todos los días deben hervir el agua para beberla, y hay altos índices de enfermedades infecciosas. Determinados a solucionar este problema los vecinos se reúnen y canalizan su inquietud a través del Municipio. Este a su vez se comunica con la coordinadora de la ciudad de Addis Ababa, quien les informa que el problema es generalizado en toda la ciudad, e incluso en todo Etiopía. Se realiza la consulta a los trabajadores de la empresa de obras sanitarias de la ciudad. Ellos explican que faltan equipos especializados para purificar y tratar el agua, los cuales no se fabrican en Etiopía. A continuación, la coordinadora publica el problema en Internet (o su sucesor), invitando a empresas y países tecnológicamente avanzadas a ayudar al pueblo de Etiopía. Después de unos días reciben cientos de respuestas de todo el mundo. Las maquinarias para tratar agua se fabrican en muchos países. Varias empresas de Italia, Canadá y México ofrecen enviar equipos a Etiopía para ponerlos en marcha. Se hace la siguiente recomendación a la coordinadora de Etiopía: por ahora se enviarán los equipos necesarios para atender a la emergencia en Addis Ababa, y además sería muy interesante que a futuro el pueblo de Etiopía los fabricara en su propio país para satisfacer todas sus futuras necesidades, y además las de los países vecinos Somalia, Sudán y Djibouti. Se forma un proyecto de transferencia tecnológica para montar una fábrica de máquinas sanitarias en Etiopía y capacitar a sus ingenieros en esta tecnología. Se arma un equipo multidisciplinario con voluntarios de varios países, entre ellos Chile, España, Estados Unidos y Cuba. Pronto empiezan a llegar los voluntarios a la ciudad de Addis Ababa, y se embarcan en un nuevo proyecto, contentos de estar aplicando sus conocimientos en mejorar la vida de la gente de Etiopía, y con alegría haciendo nuevos amigos.

La Revolución Tecnológica Libera al Ser Humano

La tecnología, producida por siglos de trabajo y creatividad humana, es patrimonio de toda la humanidad. En la sociedad humanista, por fin el esfuerzo ahorrado por la tecnología beneficiará a todos, y no a unos pocos como sucede hoy en día. La producción realizada por las máquinas pertenecerá a toda la humanidad. En particular, los trabajadores que ocupan la tecnología se beneficiarán directamente del ahorro de trabajo. Tendrán menos trabajo, e incluso llegarán a ser reemplazados por las máquinas. Esto no los perjudicará en absoluto, todo lo contrario, pues las empresas seguirán produciendo la misma o más cantidad de bienes y esto se repartirá en toda la sociedad. Los trabajadores que dejan de trabajar seguirán recibiendo los productos y calidad de vida que siempre han recibido, pues la producción de las empresas estará a disposición de toda la humanidad.

En general, el trabajo más rutinario se irá automatizando, y las personas quedarán libres para realizar trabajos más interesantes.

Finalmente, toda la producción material, necesaria para la subsistencia humana, será realizada por ejércitos de robots, controlados por computadoras. La gente solo tendrá que supervisar el buen funcionamiento de éstas, lo cual no requerirá mucho tiempo o trabajo. El ser humano ya no tendrá que trabajar por su subsistencia, y quedará libre para dedicarse a cosas más interesantes. Hay tantas actividades mucho más importantes que la sobrevivencia a la que podrá dedicarse la gente, tanto en forma individual como colectiva. Nombro solo algunos ejemplos a continuación: la cultura, el deporte, estar con los hijos y con la pareja, pasear y conocer a otros países y pueblos, limpiar el medio ambiente del planeta, desarrollar la mente y el espíritu y desarrollar nuevos conocimientos que sigan aportando a la evolución de la humanidad. ¡Estoy seguro que a cada uno de los 6.000 millones de seres humanos que hay en la tierra se le ocurrirá cosas muy entretenidas y valiosas que hacer con su tiempo! Este será el verdadero trabajo válido de la sociedad humanista.

La Ampliación de la Mente

Para que sea posible la sociedad humanista descrita, es necesario que suceda un gran cambio en el interior del ser humano. La gente necesitará tener nuevos valores, nuevas actitudes frente a la vida y los demás.

Esta revolución de la mente se producirá. El ser humano se conectará consigo mismo, y descubrirá su fuerza interior. Cada ser humano descubrirá que él vale mucho, que dentro de él hay una gran fuerza y una gran bondad que antes no sospechaba. Tal como lo dijo Silo en su histórica arenga de Punta de Vacas en 1969: "La real sabiduría está en el fondo de tu conciencia, como el amor verdadero está en el fondo de tu corazón".

Encontrará la felicidad que se registra en la coherencia interior, cuando se unen el pensamiento con la emoción y la acción. Descubrirá la alegría de la solidaridad, al tratar a los demás como uno quiere ser tratado.

El ser humano ya no encontrará sentido en juntar objetos a lo largo de su vida, y vivir persiguiendo satisfacer sus necesidades biológicas. Esta forma de vida chata y gris del sistema actual ya le queda muy chico al ser humano. En perseverante búsqueda, descubrirá el verdadero sentido de la vida. No hay recetas para el sentido de la vida, pero cada ser humano, en el interior de su corazón, desde Católicos a Musulmanes, Ateos y Budistas, intuye que estamos aquí para algo, para algo grande, que se proyecte incluso más allá de la vida. Quizás este sentimiento ha sido muy bien expresado por Silo en su libro "Humanizar la Tierra":

"Te diré cual es el sentido de tu vida aquí: ¡humanizar la tierra! ¿Qué es humanizar la tierra? Es superar el dolor y el sufrimiento, es aprender sin límites, es amar la realidad que construyes".

Atrás quedarán pues, las cadenas prehistóricas del determinismo. El ser humano seguirá creciendo sin límites, tanto en su organización social como en la expansión de su mente. Seguirá avanzando hacia el infinito, hacia un luminoso e insospechado destino.

III. EL CAMINO HUMANISTA HACIA LA REVOLUCION MUNDIAL

Pues bien, ¿como se logrará en la práctica la sociedad humanista que hemos descrito? Veamos a continuación el proyecto concreto para llevar a cabo esta revolución.

La historia cambiará en la medida en que se sumen suficientes intenciones humanas a empujar en esa dirección. Es necesario que para el año 2000 exista una estructura humana de cientos de miles de personas, actuando en varios países del mundo. Esta estructura pondrá en marcha diversas herramientas de acción destinadas a orientar a los sucesos sociales en una dirección humanista. Entre estas herramientas se contemplan medios de difusión tales como hojas barriales, estaciones de radio y canales de TV locales, organismos culturales y un partido político, el Partido Humanista. Para implementar la economía humanista, se propone montar un nuevo organismo: La Red de la Economía Humanista (REH).

La Red de la Economía Humanista

La economía humanista del futuro se empieza a construir desde ya entre los miembros del Movimiento Humanista más personas del medio social que deseen participar. Se genera una gran red humana de personas que se han puesto de acuerdo en llevar a la práctica los principios de la Economía Humanista. Cada miembro de la red se inscribe declarando un producto o servicio que puede aportar en forma gratuita en sus ratos libres. Un miembro de la red puede ser una persona individual o una empresa. Dentro de la red circula una guía consistente en un listado de todos los miembros de la red, especificando sus respectivos servicios y productos. Los integrantes de la red solicitan los servicios de los demás miembros, poniéndose de acuerdo según la disponibilidad de cada uno.

En el fondo, la REH es la respuesta del pueblo organizado frente a la creciente marginación del sistema. Debido a que cada vez más, el sistema necesita menos personas para producir, y en consecuencia va aumentando el desempleo y la pobreza, la gente se organiza y responde a aquellos que detentan el poder, "Muy bien, ¿ustedes no nos necesitan más a nosotros? ¡Entonces nosotros no los necesitamos más a ustedes! Construiremos el mundo de nuevo." La gente se organiza y toma el destino en sus propias manos. Sin violencia, se le hace el vacío al sistema y la gente construye una economía paralela, en la cual los bienes y servicios se generan gracias al trabajo voluntario de la misma gente.

La REH es puesta en marcha por los miembros de la estructura del Movimiento Humanista que opten por montar esta iniciativa. La idea es que la estructura sea capaz de generar una red que se convierta en un fenómeno social mucho más numeroso que la misma estructura: ojalá en una razón 1:100. La estructura genera la REH, y en continua retroalimentación, desde la REH surgen personas que se suman a la estructura.

En la medida en que crece la REH, producirá cambios en los valores y creencias de las personas. Aquel que participe activamente dedicando su tiempo a otros, descubrirá la dimensión del dar y la amistad, lo cual unido al trabajo será sin duda una experiencia novedosa. La sensación de fuerza conjunta al estar cálidamente unido con otros en una iniciativa solidaria, fortalecerá la fe en el ser humano.

Implementación de la REH

La REH es una red amplia que abarca distintas líneas del Movimiento Humanista. En este momento mientras se escribe la presente, la REH ya tiene 40 integrantes, algunos de quienes pertenecen a la estructura del Movimiento.

Cada miembro se ha inscrito con un servicio o producto que puede aportar en forma gratuita en sus ratos libres. Los miembros solicitan dichos bienes de los demás, quienes los entregan cuando pueden, según sea su disponibilidad. En forma periódica, cada miembro de la red recibe la Guía Económica Humanista: una revista análoga a las Páginas Amarillas, con un listado de todos los servicios y productos que se ofrecen en la red.

La información de todos los miembros de la red es centralizada en una base de datos computacional, la cual es mantenida por un equipo de administradores, denominados "nodos". Ellos ingresan a los nuevos miembros en la computadora y emiten la Guía Económica Humanista.

Todo integrante de la red puede sumar a nuevos miembros. Estas personas nuevas quedan contactadas con la persona que los sumó, de modo que toda la red va creciendo en forma estructurada. Es una estructura fusionada con la del Movimiento, en la cual se dan todos los casos: algunos miembros son de la estructura solamente, otros son de la REH solamente, y otros son de ambos (Ver el diagrama). En la medida en que crece y se estructura la red también crece la estructura del Movimiento. Este mecanismo es análogo a lo que se ha hecho en algunos períodos con el Partido Humanista.

Los datos de los nuevos integrantes son entregados al orientador o contacto más inmediato, quien a su vez las transmite hacia arriba por la estructura, hasta llegar al orientador quien esté en contacto directo con un nodo. Debido a que en la práctica los nodos son pocos, cada uno debe atender a varias líneas. La asignación de líneas por nodo es un acuerdo de implementación que se toma en el equipo de trabajo de los administradores. Cada nodo recibe los datos de nuevos miembros de la líneas que atiende y las ingresa en su computadora. Todos los nodos deben retransmitir los datos entre sí, a modo de que cada uno tenga la totalidad de los miembros de la REH en su computadora. Esto es necesario porque cada nodo emite la Guía Económica Humanista.

Estructuración del Movimiento y la Red de la Economía Humanista

Cada nodo imprime la Guía Económica Humanista, en cantidad suficiente para cada uno de los miembros del sector de la red que él atiende. Entrega los ejemplares a los orientadores, quienes se encargan de distribuirlas a los miembros de la REH de sus estructuras.

Incorporación de Empresas

En la medida en que se desarrolle la Red de la Economía Humanista, se incorporarán no solo personas individuales, sino además empresas. Este paso fortalecerá enormemente a la REH. Durante el camino de transición entre el sistema actual y la futura sociedad humanista, dichas empresas operarán naturalmente aún dentro del marco del esquema actual, y tendrán que contemplar los temas del capital, financiamiento y utilidades. Se visualizan por lo menos tres tipos de situaciones:

Por un lado se formarán empresas de trabajadores, en las cuales la propiedad y las decisiones son compartidas entre todos los trabajadores. Estas empresas están basadas en el principio humanista de la Democracia Real, e incorporadas a la REH aportarán una parte de su producción en forma gratuita.

Otro caso es el de las cooperativas de consumo. Consisten en grupos de personas que se organizan para comprar en conjunto, de manera de abaratar costos. Ejemplos son cooperativas de alimentos, cooperativas de vivienda, y cooperativas de ahorro y crédito. Estas iniciativas son justamente una respuesta de la gente organizada frente a la injusticia del sistema, de modo que su incorporación a la REH es un paso lógico y coherente con el planteo inicial.

Por otro lado, será muy interesante invitar a participar a empresarios tradicionales. Aquí puede haber muchos humanistas en potencia. Debe haber muchos empresarios que no obstante una buena situación económica, no se sienten plenamente realizados y quisieran hacer algo nuevo con sus vidas, que los conecte con otros seres humanos y que les abra un nuevo sentido en la vida. Un dueño de una fábrica de mermeladas podrá regalar unas cuantas cajas por semana, y un empresario inmobiliario podrá donar un departamento al mes, sin que esto los afecte mayormente.

Desarrollo de la Revolución

La Red de la Economía Humanista crecerá hasta que tenga millones de miembros, personas y empresas. Cuando llegue a ese nivel de expansión empezará a ejercer una presión sobre la economía del sistema. Habrá comenzado el boicot silencioso del pueblo. Las empresas que no estén incorporadas a la REH verán reducidas sus ventas, debido a que un sector de la población estará obteniendo sus productos en la economía paralela. Por más que intenten bajar sus precios, será imposible competir con productos gratuitos. Cada vez tendrá más sentido, incluso desde un punto de vista meramente pragmático, el participar en la REH, y así acceder también a servicios gratuitos. En el nuevo contexto social, será cada vez más desubicada y mal vista la actitud y práctica neo-liberal.

A estas alturas, los nuevos valores humanistas, y la fe creciente en que la economía humanista es posible, estarán ampliamente difundidos en la sociedad y habrán hallado asidero entre las nuevas creencias de la gente. Cual Muro de Berlín, primero se derrumbará el sistema dentro de las conciencias y los corazones de la gente. A partir de ese momento, habrá nacido algo nuevo en el interior del ser humano, y el nuevo mundo en el horizonte será cuestión solo de tiempo.
 
BID, BANCO MUNDIAL Y FMI:
¡TODOS REPRESENTANTES DEL SISTEMA FINANCIERO INTERNACIONAL!

 

Proponemos la Creación del Banco Sin Interés

Estos días se está desarrollando, en Santiago de Chile, la asamblea anual de gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo. Como es de costumbre en este tipo de eventos, será alta la asistencia de “personalidades importantes” del mundo privado y público de Latinoamérica, quienes tienen como objetivo conversar acerca de las posibilidades de inversión (públicas y privadas) en el continente americano con préstamos realizados por este banco.
En el amparo de dicha reunión escuchamos cómo algunos expertos del BID plantean estar muy sorprendidos por el escenario de inestabilidad y recesión en la región. Más adelante dicen: “no hemos conseguido transformarnos en economías industriales y de servicio. En América Latina, la integración a los mercados mundiales ha producido una mayor dependencia de exportaciones basadas en recursos naturales.” (un 70% de nuestras exportaciones siguen basadas en materias primas).
Lo que no entendemos, de dichas declaraciones, es que o bien se trata de casos de falta de memoria o de un alto grado de cinismo, ya que son ellos mismos los que generaron este tipo de situación de dependencia y de inestabilidad.
Son ellos mismos, a través de sus condiciones impuestas a los gobiernos los que han provocado la inequidad distributiva. Según sus propias cifras, el 40% de los ingresos nacionales son manejados por el 10% de la población, y el 30% más pobre recibe tan solo el 7,5 % del ingreso nacional. De los 500 millones de habitantes de Latinoamérica, 220 millones (un 44%) viven en la pobreza y de estos 100 millones (20%) viven en la indigencia... Hoy cada 2 segundos muere un niño de hambre en el mundo. Al año son 16.752.000.
Pero, esto no termina ahí, ya que rápidamente salen al paso con respuestas como que lo que falta son “reformas para el desarrollo pleno regional”. Para ello más apertura comercial, más privatizaciones y más desregulaciones del mercado. Hablan sobre la importancia de mantener la “disciplina fiscal” y dicen que la austeridad en este plano en el único camino para proteger las economías locales en tiempos de crisis.
Ahora, esas reformas, según tenemos entendidos, ya han sido llevadas a cabo por las mismas sugerencias de estos “expertos” y que, con el agravante, que fueron desarrolladas e impartidas bajo regímenes autoritarios. Actualmente, no existen regímenes autoritarios formales, ya que no son necesarios porque ahora el control viene dado por la subjetividad y la imagen. El gran capital domina no solo la objetividad gracias al control de los medios de producción, sino la subjetividad gracias al control de los medios de comunicación e información.
Estas medidas traerán como consecuencia nuevas reducciones en el gasto público (sacrificando la salud y educación), más privatizaciones de empresas (con la consecuencia del aumento del gasto en servicios básicos), seguir con la apertura unilateral al exterior (con la consecuencia de la quiebra de más Pequeñas Empresas), y flexibilizar aún más el mercado laboral (aumentando la indefensa de los trabajadores)
Estos planteamientos no tan sólo son inmorales, generando aún más pobreza, desastre y muerte en la región. Sino que además  serán ellos mismos los responsables de los desbordes sociales y del caos. Ellos son los responsables del alto nivel de violencia, de la delincuencia, los más oscuros racismos, fundamentalismos y fanatismos... Ya que son respuestas de la gente en un nivel de desesperanza y de no-futuro.

Bueno, pero todo esto ya no es nada nuevo, ya que el sistema financiero (tanto internacional como nacional) siempre que otorga un préstamo lo hace exigiendo condiciones y aplicando altísimas tasas de interés. Es un capital especulador que se va concentrando mundialmente, controla y se adueña cada vez más de las compañías, los campos y también del Estado Nacional. Todos mendigan la inversión y dan garantías para que la banca se haga cargo de las decisiones finales.
No se puede hacer un análisis del BID, del Banco Mundial o del FMI en forma aislada, ya que todas estas son instituciones que representan al Capital Financiero Internacional. Y aunque el BID fuera creado con el fin de contribuir al desarrollo económico y social de América Latina y el Caribe, estos fondos que obtiene el Banco los hace en los mercados mundiales, los cuáles son otorgados a una tasa de interés excesiva y con condiciones para dar total libertad al movimiento del capital financiero especulador.
Los mismos expertos del BID plantean que actualmente las tasas de interés que se cobran para los créditos en Latinoamérica son muy altas y suponen que el 50% de las deudas de la región no se van a pagar. ¡En buena hora!
No hay salida dentro del mismo sistema económico, por lo que será necesario hacer una discusión de todo el funcionamiento del sistema financiero.
Bien, entonces veamos como funciona este sistema financiero.
En el Sistema Capitalista, el fundamento del cobro de un precio (interés) por el otorgamiento de un préstamo, parte de la premisa de que el prestamista está corriendo un riesgo al prestar. Además se presupone que aquel que solicita dinero, a su vez, podrá hacer negocios con dicho capital, y es lógico que comparta sus beneficios con quien le prestó. Así es como se fue estableciendo como verdad absoluta que todo préstamo genera interés, y que las tasas tienen que ver con el nivel de riesgo.
En realidad, se tomó al dinero como si fuera una mercancía más, que tiene un precio, y se la trató como tal, dentro del marco de la ideología capitalista que siempre pone al lucro por delante, y desde ese punto de vista, así como alguien presta maquinarias para un emprendimiento productivo, reclama para sí una parte de las ganancias, el prestamista pone el dinero, y reclama su ganancia. Claro que como el Dinero no es una herramienta específica, que algunos necesitan y otros no, sino que dado el esquema económico, todos necesitan del dinero, éste se fue convirtiendo en un elemento vital e irremplazable, y quienes lo acumularon, acumularon el poder sobre los que no lo tenían. Entonces el dinero, en manos de los financistas, adquirió la facultad de multiplicarse a sí mismo.
Al ver el negocio que representaba multiplicar el dinero con bajo riesgo, los financistas tentaron a otros inversores, que tenían excedentes de efectivo, a participar del negocio, pagándoles una tasa obviamente menor a la que ellos percibían de sus deudores. Así fue como se fueron organizando los bancos involucrando a mucha gente en el juego financiero. Claro que con el tiempo descubrieron que para poder prestar dinero, no necesariamente había que tenerlo, ya que el sistema de giro de cheques, transferencias, y otros mecanismos, permitía que, al compensarse entradas y salidas, el efectivo que tenía que disponer el banco, era menor al que se prestaba, lo cual significó en otras palabras que el mismo dinero se podía prestar varias veces simultáneamente, y así seguir multiplicando las ganancias.
Claro que a esta altura ya no se puede hablar de banqueros, sino más bien de un conglomerado económico, donde los financistas compran empresas, y donde las grandes empresas forman bancos para captar fondos de ahorristas, y así se van entrelazando los poderosos, a veces asociándose, a veces devorándose unos a otros.
Semejante acumulación de riqueza, y semejante mecanismo para multiplicarla, hizo que la banca fuera incursionando en todos los niveles de la economía, y comprando al poder político para ponerlo a su servicio. Así se fue produciendo el endeudamiento de los países y también el endeudamiento de las empresas, que terminaron quebrando o absorbidas por las más grandes, obviamente vinculadas a la banca, y el endeudamiento de los agricultores, con sus tierras hipotecadas, y el endeudamiento de los trabajadores. Nos acercamos al momento en el que cada ser humano depende de la banca.

Y que proponemos

Entonces, si vemos que el capital se va transfiriendo gradualmente a la banca, si la banca se va adueñando de las empresas, los países, las regiones y el mundo, la propuesta más coherente será la creación de un sistema bancario de tal manera que éste cumpla con prestar sus servicios sin percibir a cambio intereses que de por sí, son usurarios.
Este tipo de banco, pondría en acción el principio ideológico por el cual, para los humanistas, el dinero no sólo no es el valor central, sino que ni siquiera es una mercancía de valor; sino una simple herramienta para facilitar el intercambio y financiar los procesos productivos.
El Banco Sin Interés, el cuál otorgará préstamos considerando el gasto administrativo, será una herramienta para comenzar a contrarrestrar el poder de la banca usurera y para obligar al capital a su reinserción productiva, considerando que la fuga de capital se destina al ámbito financiero. Hoy de 10 pesos de utilidades, que obtienen las empresas, sólo 1 peso vuelve como reinversión a la empresa, los otros 9 se destinan a la compra de bonos, pagarés, acciones, etc.; es decir a la especulación.
Con el Banco Sin Interés se tomarán los capitales dedicados a la especulación y se volcarán al sector productivo teniendo como interés primario la creación de fuentes de trabajo y la producción de bienes y servicios que permitan una mejor calidad de vida para todos.
Y para quienes piensan que este tipo de banco tendría una gran cartera de préstamos pero poco depositantes, convendría recordarles algunos puntos: el interés que la banca privada paga a sus depositantes es tan magro que en su mayoría los pequeños ahorristas ponen su dinero en un banco por seguridad o por comodidad. La seguridad de la banca privada es (sobre todo para los pequeños y medianos ahorristas) cada vez menor, a la vista de las crisis y corridas del sistema financiero.
El modelo económico impuesto por la banca mundial, se encuentra hoy en una crisis planetaria, regional y nacional, que de seguir así, terminará por arrastrar hacia el desastre a las grandes mayorías y también a los mismos propulsores del modelo.

Epílogo

Estimado(a) amigo o amiga,

Si te ha gustado esta Propuesta Económica Humanista, me encantaría recibir tus opiniones, preguntas, críticas, aportes, ideas y sugerencias al respecto. Esta idea está en su infancia todavía y hacen falta muchas mentes creativas e inquietas para desarrollarla más, en equipo, y crear novedosas formas de llevarla a cabo.

Mis datos son:
Para Colombia
*Edison E. Burbano
edburbano@hotmail.com
elpayanes@gmail.com
twitter:@elpayanes
Popayan- Colombia.

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